Tipos de ladrillos
Los ladrillos son un elemento para la construcción utilizado desde hace unos 11.000 años. Se usa en cerramientos, fachadas, particiones y en la construcción de muros y tabiques. En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de ladrillos.
Su fabricación se lleva a cabo mediante una serie de procesos estándar que comprenden desde la elección del material arcilloso al proceso de empacado final.
Según su forma, los ladrillos se clasifican en:
Ladrillo perforado: son todos aquellos que tienen perforaciones en la tabla que ocupen más del 10 % de la superficie de la misma. Se utilizan en la ejecución de fachadas de ladrillo.
Ladrillo macizo: aquellos con menos de un 10 % de perforaciones en la tabla. Algunos modelos presentan rebajes en dichas tablas y en las testas para ejecución de muros sin llagas.
Ladrillo tejar o manual: simulan los antiguos ladrillos de fabricación artesanal, con apariencia tosca y caras rugosas. Tienen buenas propiedades ornamentales.
Ladrillo aplantillado: es el que tiene un perfil curvo, de forma que al colocar una hilada de ladrillo, generalmente a sardinel, conforman una moldura corrida. El nombre proviene de las plantillas que utilizaban los canteros para labrar las piedras, y que se utilizan para dar la citada forma al ladrillo.
Ladrillo hueco: son aquellos que poseen perforaciones en el canto o en la testa que reducen el peso y el volumen del material empleado en ellos, facilitando su corte y manejo. Aquellos que poseen orificios horizontales son utilizados para tabiquería que no vaya a soportar grandes cargas. Pueden ser de varios tipos:
- Rasilla: su soga y tizón son mucho mayores que su grueso. En España, sus dimensiones más habituales son 24 × 11,5 × 2,5 cm.
- Ladrillo hueco simple: posee una hilera de perforaciones en la testa.
- Ladrillo hueco doble: con dos hileras de perforaciones en la testa.
- Ladrillo hueco triple: posee tres hileras de perforaciones en la testa.
Ladrillo caravista: son aquellos que se utilizan en exteriores con un acabado especial.
Ladrillo refractario: se coloca en lugares donde debe soportar altas temperaturas, como hornos o chimeneas.
Fuente: es.wikipedia.org
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