Los genios de la arquitectura y sus chapuzas
En los últimos años, unos profesionales que no dejan de asombrarnos son los arquitectos. Son capaces de crear estructuras impresionantes que rayan en muchas ocasiones con la lógica.
Pero ante tanta intención de crear la estructura más original, diferente o extraña cometen errores y meten la pata hasta el cuello creando verdaderas chapuzas.
Mira alguna de estas «obras»:
- Goteras en «La Casa de la Cascada» (Pensilvania, EE UU), de Frank Lloyd Wright, situada en Bear Run, Pensilvania, es uno de los edificios más fotografiados del siglo XX, pero la estructura presentaba problemas y la construcción era pésima.
- Frank Gehry convierte en un horno el ‘Walt Disney Concert Hall’ (Los Ángeles, EE UU). En este edificio al sol de California, los reflejos del metal que lo cubría elevan 15ºC la temperatura de la acera. Esto supone que si en Los Ángeles hay 30ºC en el perímetro del edificio se alcanzarían los 45ºC.
- La piscina olímpica sin visibilidad de Londres, por Zaha Hadid. Sencillamente no podía construirse tal como estaba diseñada. La cubierta con forma redondeada bloqueaba las vistas de las últimas filas sombre el trampolín y los asientos de los espectadores estaban mal diseñados.
- Londres: el ‘walkie-talkie’ asesino de coches, de Rafael Viñoly. Los efectos eran funcionales y artísticos. La curvatura actuaba como espejo cóncavo que concentraba la inusual luz solar londinense en un feroz rayo que derritió, literalmente, el Jaguar de un ejecutivo. Fue necesario instalar carísimos deflectores.
- Le Corbusier: de su plan para demoler el centro de París a las casas para trabajadores que estos no aceptaron. Aquí los errores arquitectónicos eran de naturaleza especial. La demolición del centro de París no llegó a realizarse, pero las casas para los trabajadores de los viñedos de Pessac sí. Los empleados renegaron de su estilo y en cuanto Le Corbusier dio media vuelta, adornaron los austero edificios.
- Goteras en la estación de tren más cara del mundo (Nueva York), de Santiago Calatrava. El Oculus del World Trade Center de Nueva York, considerada la estación de tren más cara del mundo con un coste de 4.000 millones de dólares, vio como aparecían las temidas goteras en el mes de mayo de 2017, apenas un año después de su inauguración.
Fuente:elpais.com
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