Hormigón biológico perfecto para las ciudades
Diversos estudios confirman la relación que existe entre el calor que se concentra en verano en las ciudades y la falta de vegetación.
La sombra que generan o la propia transpiración de los árboles, puede ayudar a disminuir la temperatura hasta en 9 grados. Evitar en lo posible el efecto isla de calor puede ser algo más sencillo gracias al hormigón biológico.
El hormigón biológico, fue patentado por un equipo de investigadores del Grupo de Tecnología de Estructuras de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y posee la capacidad de conseguir que crezcan organismos pigmentados de forma natural. Entre sus ventajas destaca la reducción de la temperatura, la absorción de CO2 y además captan la radiación solar para conseguir una mejora de la conductividad térmica, lo que permite mejorar el aislamiento de los edificios. Utilizar este tipo de hormigones no sólo beneficia al exterior de los edificios, también a quienes lo ocupan.
Las claves en los aspectos más técnicos del hormigón biológico ha sido la utilización de dos materiales a base de cemento.
- Un hormigón convencional carbonatado para obtener «un material de un pH del entorno de 8.
- Un cemento de fosfato de magnesio, conglomerante hidráulico que no requiere ningún tratamiento para reducir el pH, puesto que este es ligeramente ácido.
Aunque su presencia en el mercado es relativamente novedosa. En el mundo hay muchos ejemplos de fachadas verdes. En España, la pionera es la fachada de de un centro comercial de Valladolid.
Fuente:umacon.com
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