El ladrillo se ha utilizado como elemento para la construcción desde hace unos 11.000 años. Sus dimensiones fueron cambiando según la zona donde se utilizaron.
Su forma es la de un prisma rectangular, en el cual sus distintas dimensiones reciben el nombre de soga, tizón y grueso, siendo la soga su dimensión mayor. De la misma manera las diferentes caras del ladrillo reciben el nombre de tabla, canto y testa, siendo la tabla la mayor de ellas.
La forma de fabricación de ladrillos se ha hecho más práctica hoy en día y existe en todo el mundo. La materia prima básica utilizada en el proceso de elaboración de ladrillos es la arcilla. Este material está compuesto esencialmente de sílice, alúmina, agua, cantidades variables de óxidos de hierro y otros materiales alcalinos, como los óxidos de calcio y los óxidos de magnesio.
Existen dos tipologías claramente diferenciadas dentro de los ladrillos comunes o ladrillos para revestir.
- Ladrillos perforados no vistos: Son aquellos ladrillos con perforaciones verticales en la tabla, de volumen superior al 10% y que se utilizan en fábrica de albañilería interior y exterior revestida.
- Ladrillos huecos: Son aquellos ladrillos con perforaciones horizontales en canto o testa y que se utilizan en fábrica de albañilería interior y revestida. Además según el grueso se distinguen cuatro categorías.
- Ladrillo hueco sencillo
- Ladrillo hueco doble
- Ladrillo hueco triple
- Ladrillo hueco cuádruple
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