El hormigón es un material muy usado en la construcción, compuesto por rocas, arena, grava, piedra machacada, agua y aglomerante (material que mantiene unidos en masa los diferentes materiales), que normalmente es el cemento.
Existen varios tipos de hormigón, en masa (no contiene armadura interior), ciclópeo (se usa en lechos marinos), ligero (se utiliza en tabiques), estructural (está armado con barras de acero), armado (esta reforzado en su interior con armaduras metálicas), pretensado (contiene acero sometido a tracción previa), enlucido (se utiliza en suelos por su gran durabilidad) o pulido, vibrado (este hormigón es sometido a vibraciones para aumentar la homogeneidad de la masa y hacerla más compacta), relleno (se usa para rellenar huecos ), alta resistencia (tienen una muy alta durabilidad), prefabricado (es el que se elabora de manera industrial), in situ (es el que se construye pues en la obra.
En el siglo XIX, Claude-Louis Navier vio la necesidad de estudiar los límites del comportamiento de la elasticidad de algunas estructuras sin que sufran deformaciones. Posteriormente en los años 60 se desarrolló la teoría de la seguridad estructural de los estados límite (conjunto de normas o requisitos), pero no será hasta los 70, cuando empiece a tomar forma unos requerimientos para considerar que una estructura es apta.
El cemento es la mezcla de caliza, arcilla, hierro y otros minerales que una vez calentada se obtiene un producto parecido al mármol, después es molido con yeso y se obtiene un polvo del característico color gris.
La gran variedad de cementos viene dada por la composición química de sus componentes. Cada tipo está indicado para un uso determinado estando todos sujetos a unas estrictas normas y condiciones. La normativa española establece estos tipos (cementos comunes, resistentes a los sulfatos, los resistentes al agua del mar, los de bajo calor de hidratación, blancos, los de usos especiales y los de aluminato de calcio. Entre los cementos el portland es el más habitual. Este cemento se obtiene al quemar la mezcla preparada de calizas y arcillas a una temperatura cercana a 1500ºC, consiguiendo un producto llamado Clinker, moliéndolo y añadiéndole un regulador de fraguado que suele ser yeso.
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